La capacidad de superación del tenista español Rafael Nadal, número uno del mundo y ganador de trece Grand Slams, fue reconocida hoy por el Instituto Español de Resiliencia, institución que ve en el deporte la herramienta para la «adquisición de las habilidades necesarias para afrontar la adversidad».

En un acto celebrado en el palco de honor del Estadio Santiago Bernabéu, el Instituto Español de Resiliencia premió al jugador de Manacor en un acto organizado junto a la Fundación Real Madrid por su capacidad de esfuerzo, constancia, perseverancia y tenacidad. Cualidades también extensibles a otras personalidades que hacen del deporte «el motor del desarrollo humano».

«Me enorgullece que se elija a los deportistas como ejemplo de resiliencia», comentó el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, quien atribuyó a la «capacidad de superar las adversidades» el éxito del conjunto blanco ante el Atlético de Madrid en la pasada final de la Liga de Campeones.

«Perdíamos por 1-0 y necesitábamos luchar frente a un rival fantástico, con una estructura defensiva de las mejores de Europa», analizó. «Un gol memorable de Sergio Ramos nos devolvió la ilusión a punto de terminar el partido. Eso es el Real Madrid: no rendirse jamás pase lo que pase y batallar hasta el último segundo», abundó.

Si los aficionados del Real Madrid quisieron entonces revivir en el cuerpo del defensor andaluz el tanto que inició la conquista de la décima Copa de Europa del club, Andrés, un niño de seis años con síndrome de Down y un 4 por ciento de visión, querría apellidarse Santacana al igual que el esquiador paralímpico.

Esa fue la anécdota que recogió la directora general del Consejo Superior de Deportes, Ana Muñoz, quien celebró la decisión de Andrés de «tener como ídolo a una persona que merece la pena».

El esfuerzo y la superación de dificultades marcan la trayectoria de Jon Santacana, que en los pasados Juegos Paralímpicos de Invierno celebrados en la ciudad rusa de Sochi consiguió dos medallas de oro y plata en descenso y eslalon, respectivamente, después de una recuperación contrarreloj de una rotura en el tendón de Aquiles.

También tuvo que sortear dificultades el jinete Cayetano Martínez de Irujo, quien debió superar un «trastorno» por haber nacido «en el sitio opuesto para ser un deportista de elite».

El Conde de Salvatierra, que en la actualidad preside la Asociación de Deportistas, reveló: «Cuando gané un Campeonato del Mundo y empecé a vivir entre los que ganan en el mundo ecuestre, los granjeros, me sentí enormemente acomplejado. Pasé dos, tres o cuatro años tremendos para remontar y volver a ganar contra la punición de haber nacido en un palacio», sentenció.

Sendas discapacidades condicionaron, en cambio, la trayectoria de los deportistas paralímpicos David Casinos (lanzamiento de peso y disco) y de Gema Hassen-Bey (esgrima). «

Cuando, con 25 años, le fue diagnosticada una retinopatía diabética, Casinos sintió en un primer momento que la vida le «había quitado todo» aunque pronto decidió seguir recorriendo el camino «en clase ‘business'», broméo.

«Me fui a Barcelona y empecé a vivir desde la ceguera. Aprendí a moverme, a circular por la urbe, a cortar la fruta, a planchar, a cocinar… Fue un momento muy duro, pero jamás hubiera pensado que podría haber ido a cuatro Juegos Paralímpicos», dijo.

Un accidente de tráfico torció, en cambio, el guion de Gema Hassen-Bey, quien encontró en el deporte «las armas para seguir adelante. La naturaleza del deporte no te deja rendirte».

En lo alto pero, sobre todo, en lo bajo ganó Hassen-Bey la capacidad de recolocarse «nuevamente en el camino hacia la cima». Así ocurrió cuando, en 2008, decidió entrenar en China para tratar de situarse entre las doce mejores del mundo y obtener por derecho propio plaza en los Juegos de Pekín.

También persiguió su sueño el baloncestista Ismael Santos, que consiguió «canalizar a través del deporte la energía negativa de un chaval que estaba perdido» tras la separación de sus padres.

«Quería jugar en el Real Madrid porque aquel equipo me transmitía algo. Yo quería sentir lo que ellos sentían para poder transmitir lo mismo», confesó. Una malformación congénita en la espalda, sin embargo, amenazó con truncar las ilusiones de un niño que desde los 13 años formaba parte de las categorías inferiores del club.

«Cuando uno se enfrenta a momentos en los que siente vértigo y no sabe por dónde tirar, no hay nada a lo que uno pueda recurrir más que a lo que está dentro de uno», señaló. «Dos años más tarde debuté como profesional en el Real Madrid», remarcó.

Baloncesto, atletismo y derecho se sucedieron en la trayectoria deportiva de Carlota Castrejana, a la que en numerosas ocasiones le acusaron de tomar «decisiones equivocadas».

Tras participar en los Juegos de Barcelona’92 con el equipo femenino de baloncesto, Castrejana decidió «empezar de cero en un deporte como el atletismo». «El triple salto me enseñó lo que era la exigencia. Un centímetro me dio un récord de España. Y un centímetro me dejó fuera de unos Juegos Olímpicos», rememoró.

Fuente:  http://www.mundodeportivo.com/20140604/otros-deportes/la-capacidad-de-superacion-de-los-deportistas-espejo-para-la-sociedad_54409622410.html#ixzz33i0Tjszs

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