Abraham Lincoln
Nació en 1809 en Kentucky (EEUU) en el seno de una familia pobre que tenía una granja. Huérfano de madre desde niño, su padre no pudo ocuparse de su educación. A pesar de no asistir a la escuela, su motivación y su capacidad autodidacta le llevaron a interesarse por la lectura y la escritura. Entre sus rasgos de personalidad destacan la timidez y la tenacidad.
Desde joven trabajó en diversos oficios para mantener a su familia. A los 22 años deja su casa, donde vivía con su padre, y se alista en el ejército como soldado. Luchó contra los indios en la Guerra de Halcón Negro, obteniendo el grado de Capitán. Simultáneamente realizó estudios en Derecho, prueba de su esfuerzo y ambición.
Vivió muchas experiencias dolorosas y frustrantes a lo largo de su vida. Siendo niño perdió a su madre, poco antes de casarse falleció su prometida, sufrió un colapso nervioso que le obligó a pasar 6 meses en cama y 2 de sus 4 hijos fallecieron a una edad temprana. En el terreno profesional, fracasó en los negocios, endeudándose por ello, y fue derrotado 8 veces en las elecciones.
Pese a todo lo vivido, no cejo en su intento de conseguir sus metas, seguir adelante, centrarse en sus objetivos y luchar por sus ideas. Gracias a su espíritu persistente en 1860 se convirtió en el decimosexto presidente de los Estados Unidos y primero del Partido Republicano.
Entre sus grandes logros esta la abolición de la esclavitud, que le acarreo numerosos y peligrosos enemigos. Su vida acabó en 1865 de manera trágica, pocos días después de empezar su segundo mandato como Presidente, fue asesinado por el actor Jonh Wilkes Booth, detractor de sus ideas y políticas.